14.09.2017

El Asombrario recicla

por Rafa Ruiz

Aún la semana pasada, en una Junta de Vecinos de mi comunidad en el centro de Madrid, vecinos y administrador de la finca coincidían en que separar residuos por contenedores no sirve para nada, porque luego vuelven a mezclar todos los residuos. Ante mi estupefacción de por qué gente supuestamente bien informada sigue pensando que el reciclaje es un cuento, decidí lanzarle 10 preguntas impertinentes a Ecovidrio sobre el reciclaje de vidrio. Preguntas hechas a partir de tópicos, mitos y leyendas negras de gente de la calle, familiares y amigos. Contesta Beatriz Egido, subdirectora de Comunicación Corporativa de Ecovidrio.

1) ¿Para qué voy a molestarme en reciclar vidrio llevándolo al contenedor-iglú, si luego yo he visto que vienen camiones a recogerlo y vuelven a juntar todos los residuos?

Alguna que otra vez escuchamos que separar los residuos en casa no sirve para nada. Y no es cierto; de hecho, es fundamental para facilitar que se reciclen después. Tampoco es cierto que los residuos se mezclen en el mismo camión; en el caso del vidrio el transporte se realiza en vehículos especiales para un solo material. Todo el vidrio se recoge y se recicla al 100% en las plantas de tratamiento. Para la recogida de otros residuos se pueden emplear camiones con compartimentos separados en su interior. Así, aunque se vacíen a la vez, los residuos están en cajas separadas para cada fracción.

2) Además, si yo no lo reciclo, luego ya se encargan de separarlo por materiales en los vertederos. Está prohibido verterlo todo sin separar, y es algo que hacen en las plantas de clasificación y tratamiento por ley. Que lo hagan ellos, que es más cómodo para todos. Así ayudo además a crear puestos de trabajo.

La cadena de reciclado de vidrio es un círculo perfecto en la que un envase da vida a otro exactamente igual. Este proceso solo se activa si los ciudadanos responsables depositamos los envases de vidrio en el contenedor verde. Esta es la forma más eficaz y sostenible de reciclar. De la otra forma, si tirásemos todo mezclado, el vidrio se dañaría. Se fragmentaría y daría lugar a trozos inservibles para fabricar nuevos envases. Además, sería mucho más difícil de recuperarlo de la basura y esto conllevaría un alto impacto ambiental (aumento del gasto energético, emisiones asociadas etc.). Si no separamos en origen no podríamos usar el vidrio, como materia prima de nuevo, tendríamos que extraerla de la naturaleza y romperíamos el círculo.

3) Yo es que me lío con los residuos, y prefiero no meter la pata. Por eso no reciclo. ¿Puedo echar al iglú un vaso o un plato que se me han roto?, ¿un jarrón?, ¿o sólo envases?

Desde Ecovidrio, pensamos que separar los envases de vidrio no debe ser algo tedioso, por eso nos esforzamos en sensibilizar y explicar qué se recicla en el contenedor verde y cómo.

Los ciudadanos han asimilado que en el iglú solo debemos depositar envases de vidrio, es decir: botellas, tarros y frascos. De hecho, existe un nivel muy bajo de impropios (residuos que no deberían ir al contenedor verde), apenas un 2%.

A veces, se genera confusión con bombillas, vasos de cristal, copas o menaje de porcelana. Estos elementos nunca deben depositarse en el contenedor verde porque tienen una composición distinta y no se reciclan igual. Por ejemplo, la cerámica no se funde a la misma temperatura que el vidrio y el cristal contiene metales pesados que también pueden alterar el proceso de fabricación de nuevos envases. Por supuesto, desde Ecovidrio tenemos que seguir esforzándonos en divulgar, explicar y facilitar el reciclado a los ciudadanos.

 

Contenedor verde.

4) Mira, va tan sucio el vidrio a las plantas de reciclaje que en limpiar esos residuos se gasta más agua y energía que la que dicen que ahorran.

El vidrio es un material muy noble, se recicla el 100%. Además, el proceso de reciclado es muy sencillo y respetuoso con los recursos naturales, no se utiliza ni una gota de agua. Todo el vidrio de los contenedores se traslada a la planta de tratamiento. Allí se separan las impurezas, restos de metal, etiquetas, tapas y tapones de corcho. Después se trituran en unas máquinas y con unos lectores ópticos se retiran los pequeños restos opacos de materiales que no sean vidrio. Así obtenemos el calcín, trozos de vidrio limpio que darán vida a nuevos envases.

El uso de vidrio reciclado conlleva grandes beneficios para el medioambiente: minimiza las emisiones de CO2 a la atmósfera, permite ahorrar energía, evita la extracción de materias primas de la naturaleza e impide que crezca el volumen de los vertederos.

No podemos vivir de espaldas a nuestro planeta. “El efecto acumulado de millones de decisiones éticas puede cambiar el mundo”, son palabras de Jane Goodall, mensajera de la paz de la ONU y premio príncipe de Asturias a la investigación científica. Hace unos meses recibió el premio Personalidad Ambiental del año de Ecovidrio. Compartimos con ella la necesidad de cambiar, de replantear nuestras formas de consumo, la preservación de la naturaleza y la importancia de movilizar a la sociedad por el desarrollo sostenible. No podemos estar más orgullosos de su ejemplo.

5) Da igual lo que yo recicle en casa, si la principal fuente de envases de vidrio son los bares, cafeterías y restaurantes y discotecas… Es ahí donde hay que insistir en el reciclaje, y no tanto en las casas familiares.

Es verdad que la hostelería genera el 48% de los residuos del vidrio de un solo uso; el equivalente por local a unos 50 hogares. Nuestro país cuenta con una amplia oferta hostelera, el reto consiste en que esta oferta sea también sostenible. Para ello, llevamos más años trabajando codo con codo con los profesionales hosteleros con campañas de sensibilización, entrega de cubos y contenedores que faciliten el reciclado, así como servicios de recogida especiales denominados ‘puerta a puerta’. Ya tenemos 40 en ciudades como Málaga, Bilbao o Valencia. Solo durante el año 2016 hemos colaborado con 30.000 establecimientos de todo el territorio.

La preocupación por el origen de los alimentos y la correcta gestión de los residuos, entre otros aspectos, están cada vez más interiorizadas en la hostelería. Chefs de la talla de Los Hermanos Roca Ángel León ya nos han brindado su colaboración y ejemplo para sensibilizar a este sector. Los ciudadanos, por su parte, también lo demandan; de hecho, el 74% de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por un restaurante que tome medidas relacionadas con la sostenibilidad.

6) A mí que me dejen de cuentos, que lo hagan como antiguamente, que cuando devolvías el casco de la cerveza, la botella de vino o de gaseosa, te reintegraban una parte de lo que te había costado el producto. Que vuelvan a hacerlo así, verás cómo con esa motivación económica la gente se anima a reciclar más.

Hace años en nuestro país se devolvían los envases para su reutilización. El modelo de consumo era diferente y el número de envases comercializados muchísimo menor. Hoy en día sigue existiendo reutilización en la hostelería, pero para los envases de un solo uso el reciclaje a través del contenedor es la opción más adecuada.

Este modelo garantiza la recogida selectiva, ha demostrado su eficacia en las últimas dos décadas y tiene vías para seguir incrementando el reciclaje. Desde Ecovidrio, por ejemplo, hemos diseñado un plan para alcanzar el 77% en 2020. Nuestro sistema ha construido el hábito del reciclaje, se responsabiliza de todos los envases de vidrio en todo el territorio y no exige un esfuerzo adicional al ciudadano (tendría que separar los envases que llevan depósito de los que no, así como adelantar el importe, que perdería si no devuelve el envase en perfecto estado). Además, el modelo contenedor ofrece alternativas para la hostelería y no complica la gestión a los comercios.

El sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) no bonifica al ciudadano. Es una penalización por adelantado, porque si el envase se estropea o no se devuelve, el ciudadano no recupera el depósito. No serviría para todos los envases por lo que tendría que convivir con el actual. Esto conllevaría un mayor impacto ambiental y encarecería el precio de la cesta de la compra.

 

MIniglús.

7) Yo es que no me creo que vayan a recoger los residuos de vidrio hasta el último pueblo más alejado. A saber lo que hacen con eso. Y si van a recogerlo, lo que se gastan en gasoil es más contaminante que no reciclarlo. Al final, no adelantamos nada en beneficio para el medioambiente.

Sí, nuestro deber es garantizar que todos los ciudadanos tienen acceso al reciclaje de vidrio, independientemente de donde vivan. Es un servicio público y universal, y es válido para todos los envases, en todo el territorio. Nosotros trabajamos con los más de 8.000 municipios que existen en nuestro país, estén donde estén.

Destinamos todos nuestros ingresos al reciclado porque somos una entidad sin ánimo de lucro, y, por ello, llegamos incluso a zonas recónditas. Para minimizar el impacto ambiental de nuestra actividad contamos con sensores de llenado y proyectos de optimización de rutas que hagan que la recogida selectiva sea lo más eficaz, eficiente y sostenible posible.

8) Si yo tuviera un contenedor más cerca de casa, claro que reciclaba, pero es que es un paseo largo el que me tengo que dar.

En nuestro país existen más de 211.000 contenedores verdes, 1 por cada 220 habitantes. Esto representa una de los mejores ratios de toda Europa. Nos preocupa que el ciudadano tenga siempre un iglú cerca; según nuestros estudios, el 53% declara contar con un contenedor a menos de 50 metros. Esto es fundamental para facilitar la colaboración ciudadana; cada año intentamos acortar la distancia entre contenedores y hogares o establecimientos hosteleros. De hecho, en 2020 contaremos con 40.000 contenedores más que faciliten el reciclaje y hagan más sostenibles nuestras ciudades.

9) Se dice muy fácil, pero con los pisos cada vez más pequeños y las cocinas americanas, ¿me quiere explicar alguien dónde pongo el cubo general de la basura, el del vidrio, el del papel, el de los plásticos, las pilas, los fármacos…? Reciclar es cosa de ricos, gente con casas grandes y mucho tiempo para ir a un contenedor y a otro y a otro.

Separar el vidrio en casa es ya una costumbre instaurada en nuestra sociedad. El 79% declara reciclar vidrio siempre y el 80% considera que es un motor de desarrollo social. Sabemos que ya que le pedimos al ciudadano su colaboración para separar en casa, es necesario un gran despliegue para que los contenedores estén cada día más cerca. Además, hemos ideado una fórmula para fomentar el reciclaje en el hogar, hemos creado miniglú’, un minicontenedor al que ya han hecho hueco 30.000 hogares. Al final se trata de hacer del reciclaje algo bonito, práctico y solidario, porque sus beneficios se destinan a causas sociales.

10) A mí el reciclaje me gusta, pero mira que afean las ciudades y pueblos los contenedores. Además, se convierten en islotes de suciedad y mugre, parece que atraen el gamberrismo para que vaya ahí gente a orinar, abandonar colchones, restos de obras… Son una guarrería.

Los contenedores verdes han pasado a ser parte del paisaje de nuestras ciudades. Los iglús son reconocibles por los ciudadanos y se han convertido en un reclamo para diseñadores y artistas que han querido customizarlos, por ejemplo, Agatha Ruiz de la Prada que afirma que gracias al reciclaje, la basura ya no es fea.

Es cierto que su mantenimiento y la correcta utilización de las islas ecológicas son clave en cualquier ciudad. Tenemos que ser responsables con los residuos y el uso de los contenedores. Algunos residuos van al punto limpio y en algunas ciudades cuentan con servicios de recogida especiales. No podemos delegar toda la responsabilidad en nuestros ayuntamientos.

 

Rafa Ruiz
Periodista convencido de que las luces al final del túnel solo se ven desde una perspectiva progresista de la realidad, con un compromiso sólido con la cultura, el arte y el medio ambiente, temas a los que ha dedicado la mayor parte del tiempo de su vida profesional -10 años en ‘El País’ y 15 años en ‘El País Semanal’-. Autor de los libros de cuentos infantiles ‘Toletis’ y ‘Ninoninoni’, codirector de la galería madrileña Mad is Mad -centrada en artistas emergentes- y uno de los socios fundadores de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA).

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